Es una película de esas que un buen día sale de la mente de algún enfermo y la llevan a la gran pantalla... Que quede claro que esta vez no lo estoy diciendo para mal, ya que este tipo de películas suelen tener su gracia a la par que resultar entretenidas.
Esta película se estreno en 1999 dirigida escrita por Troy Duffy, cuando la estrenaron parece ser que tubo muy mala acogida por la critica y el púbico en general pero que finalmente recaudó un buen pellizco gracias a los videoclubs y venta de DVDs convirtiendose incluso en una película de culto.
Posteriormente, mientras celebran el Día de San Patricio con varios amigos, los hermanos inician una pelea con tres mafiosos rusos que vienen a buscar pelea y cerrar el bar, pero los hermanos tratan de negociar con los mafiosos pero sin éxito. A la mañana siguiente, los cuerpos de dos de los tres mafiosos son encontrados en un callejón muertos de un modo un tanto extraño y desastroso.
Por otro lado tenemos a el agente especial del FBI Paul Smecker (Willem Dafoe) es asignado al caso y determina que la muerte de los rusos no fue provocada por un profesional, sino que probablemente fue un caso de defensa propia. Los hermanos deciden entregarse para limpiar sus nombres y cuando llegan a la estación de policía, son recibidos por la prensa y los mismos policías como héroes.
Entonces aquí es cuando ya se les "va la pinza" del todo, piensan que todo es obra divina y que su deber es eliminar a los malos del mundo, empezando obviamente por toda la banda de rusos desde el mayor pringao hasta el jefazo... y así lo hacen con la "ayuda" de un amigo desquiciado y maltratado por la mafia italiana para los que lleva años tratando de trabajar en serio.
Tiene momentos ridiculos pero hilarantes que te harán pasar un buen rato sin más pretensiones. Os la recomiendo como película palomitera para un domingo lluvioso :).
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